Hace un tiempo fui a un lugar de esos en
los que encuentras muchos libros de autoayuda y de sanación. La mayoría de
libros orbitan alrededor de temas como desarrollar el amor propio, quererse uno
mismo, etc; Entiendo, entre otras por mi
labor cotidiana, lo importante del amor hacia uno mismo y de desarrollar la
autoestima, eso no está en discusión.
Sin embargo, me vengo
preguntando, y en ese amor donde está el otro, y no sólo el otro que es mi
mejor amigo, mis hijos, mi madre, mi
padre, sino el otro, cualquier otro…
Estamos tan centrados en desarrollar
nuestro propio amor que a veces tengo la sensación que parecemos “adictos” a nuestras
heridas, algo narcisos, imbuidos en autoconversaciones en donde queremos que
los demás reconozcan nuestro dolor o admiren
y alaben nuestro esfuerzo de cambio, pero sin cambiar de manera efectiva
con el otro, sin re-conocerlo.
Desde
mi perspectiva, el amor propio también se desarrolla cuando servimos o cuidamos
a otros. Se fortalece en la comunión con
otras personas, porque en la medida que compartimos o sentimos que podemos
aportar y hacer algo benéfico a favor de los demás, estamos experimentado lo que
somos capaces y lo que es posible crear
a partir de nuestras intenciones de contribución.
Así es que sí, invirtamos en querernos,
en elevar nuestra autoestima pero no nos quedemos ahí, no esperemos a sentir un
amor perfecto hacia nosotros mismos; mejor, salgamos al mundo a servir de la
manera que más nos guste y mejor sepamos,
apliquemos nuestros talentos a favor de otros, reguemos nuestros dones y al final del día, compartamos
cómo nos sentimos.
.¿Queremos vivir desde el dolor y en el
pasado o mejor, reconociendo nuestras heridas y dificultades sin quedarnos
anclado en ellas, sino sabiendo que ellas nos permiten conectarnos con otros
seres humanos y que las podemos aprovechar para servir y derramar nuestra belleza sobre otros?
Nuestras heridas, nuestros defectos y
vulnerabilidades nos hacen más humanos; démonos a nosotros mismos amor con la
intención de esparcirlo también sobre los demás, lo más seguro es que se
multiplique.