lunes, 27 de julio de 2015

Aprendiendo del autismo, la conexión.

Por: Ángela María Peña Luque

Hace un año no miraba a los ojos, eludía la mirada y caminaba de punticas. Tampoco hablaba. Este mundo, con su ruido le parecía muchas veces hostil y tal vez caótico, o eso creo.

Este año pude compartir con él más tiempo, todos los días durante 10 días. Después de su diagnóstico y las terapias adecuadas, ya mira a los ojos la mayoría de las veces y el mundo aún caótico, parece tener condiciones menos hostiles para él. Su lenguaje aún es poco, pero ya empieza a decir frases completas, en inglés.

Mi sobrino de 4 años ha sido diagnosticado dentro del espectro del autismo,  siendo altamente funcional. Al principio, para muchos, esto puede parecer una tragedia o una mala noticia... Pero en realidad es un reto adorable de conexión. No voy a profundizar en el autismo, no es mi especialidad, sólo quiero dar un poco de contexto para quienes poco o nada saben del tema, y por qué para mi fue una lección sencilla y profunda de conexión. 
Los niños diagnosticados  dentro de este gran espectro, son niños que tienen grandes desafíos en la socialización y en el lenguaje la mayoría de los veces (Asperger desarrollan mejor lenguaje), no es una enfermedad mental y con el tratamiento adecuado hay total "recuperación".  ***

¿Y cuál es el tratamiento adecuado para estos niños/as? Fue la pregunta que me hice y donde empezó mi aprendizaje.  La respuesta: el mejor tratamiento es aprender a entrar a su mundo y conectarse desde ahí, acompañarlo en su experiencia de lo que vive y cómo lo vive... Es decir, el tratamiento, desde esta perspectiva, es para sus cuidadores, pues no se trata de obligarlo o forzarlo  a que haga lo que los adultos queremos o lo que nuestro mundo dicta que es correcto, se trata de no intentar cambiarlo, sino de aceptarlo tal y como es. 

¿No es esta una lección profunda? La conexión surge casi de inmediato cuando nos sentimos acogidos y aceptados. Eso es verdad para mi sobrino como para cualquier ser humano en el planeta, sólo que tal vez nuestros niños con algún rasgo leve o severo de autismo, son la puerta perfecta para que comprendamos a cabalidad esa lección: conectarnos con el otro pasa por aceptar al otro desde el amor, renunciando a las expectativas sobre lo que el otro "debe ser idealmente".   

La transformación genuina es posible desde abrazar al otro tal y como es... Algunas personas suelen pensar que eso va a reforzar comportamientos poco adaptativos, sin embargo, lo que en realidad pasa es que el otro (adultos y niños) se siente visto y reconocido en su más profundo ser, y desde ahí le es posible cambiar,  porque empieza a experimentar su mundo como algo más seguro, que es capaz de acogerlo tal y como es.

La belleza de estos principios básicos de amor y de cuidado, es que aplican para nuestras relaciones cotidianas, y que, en el diario vivir se alimentan de la escucha, de la empatía y de renunciar a tener LA razón o LA verdad: mi manera no es la única, ni la correcta.

De este modo, estar en su mundo  desde su mundo fue la forma más poderosa de conexión. Los juicios se acabaron, los deberían ser se desvanecieron y, empezó la aventura.
Estar ahí con lo que le genera fascinación: el abecedario, los números y los trenes, con su plena presencia y concentración , experimentado su devoción y su gozo fue maravilloso, en esos instantes no necesitaba nada más. Recuerdan haber jugado o estar tan absortos en una tarea que no sabían del tiempo ni de lo que ocurría alrededor? ¿ No son esos momentos realmente mágicos? ( Y resulta que son parte del camino a la felicidad, según estudios de Selligman y la psicología positiva)


Entonces, como una invitación de la vida que decidí abrazar, empecé a entrar en su mundo complejo y a la vez maravilloso. 


Maravilla y magia cuando, el último día, en el aeropuerto mi sobrino se tapa sus oídos en el parqueadero por un ruido (algo incómodo para mi, terriblemente incómodo para él) y de manera espontánea yo hago lo mismo, él se sorprende... (Cuando se tapa los oídos es el inicio de irse a su mundo o ponerse muy irritable), y me sonríe... Entonces empieza a cubrirse y descubrirse los oídos, yo lo imito, y resulta tremendamente divertido como se escucha lo que antes  parecía incómodo, después  me invita a hacer lo que él suele hacer cuando se va a su mundo personal, trotar moviendo las manos y dando salticos de un lado a otro... Él dirige todo... Y yo lo sigo, cada vez más sorprendida pues su técnica realmente ayuda a desconectarse de lo que está sucediendo alrededor y a centrarse, el ruido para mi desapareció; él se ríe, y yo me siento la mujer más privilegiada de la tierra, pues por unos minutos estuve con él en su mundo, invitada por él y fue no solo una delicia, sino una experiencia conmovedora y transformadora, pues por alguna razón, este hermoso niño, mi sobrino, me ha reconciliado con la maravilla de  la magia que habita en mi. 

***Para saber más del tema recomiendo:  http://www.autismtreatmentcenter.org